A todos se nos encoje el corazón cuando leemos o escuchamos estas noticias, pero no nos damos cuenta de que la soledad y el aislamiento de nuestros mayores es un hecho que afecta a nuestra sociedad y que como parte de ella hemos de luchar para paliar esta situación no deseada.
Cada vez son más las noticias que nos llegan sobre personas mayores que han sido encontradas muertas en sus domicilios pasados unos días tras el fallecimiento. ¿No nos vamos a preguntar qué está pasando en nuestra sociedad para que estos casos ocurran? Estas personas sufrían la soledad, sufrían el aislamiento y posiblemente sufrían cierto rechazo en su entorno más cercano por el simple hecho de ser mayores.
Como personas conscientes que somos de estas situaciones que se dan cada vez en un mayor número y como sociedad hemos de alzarnos para luchar, para que haya más programas sociales que eviten casos de desprotección y desamparo que se pueden considerar como un tipo de maltrato, el cual estamos consintiendo y del cual somos conocedores, pero nos sentimos impotentes a la hora de actuar, quizá ajenos.
También todos podemos poner nuestro granito individual para luchar contra el aislamiento, no podemos descuidar la calidad de las relaciones familiares y sociales, podemos hacer que el mayor sienta esta edad como una etapa más de su vida, la cual tiene que disfrutar como la que más, con plenitud. Hagámosle partícipe de la sociedad, que no se encuentre rechazado, sino un miembro más de nuestra sociedad.
Este comportamiento le ayudará a alejarse de un aislamiento que por sí tiende a producirse en el mayor, ya que sus contactos sociales disminuyen bien por ellos y por su falta de movilidad o bien por nosotros y el ritmo frenético que llevamos, para saber atajarlo hay que saber la causa que ha llevado a la persona a la soledad y combatirla para que no se repita porque lo realmente dañino son las consecuencias y es a donde no queremos llegar.
Se ha comprobado que las personas que tienden al aislamiento y la soledad generan enfermedades de tipo físico y psíquico que, de no existir estas situaciones, se podrían prevenir. La soledad hace que aumente el riesgo de mortalidad, contribuye en mayor medida al deterioro cognitivo y al riesgo de demencia, les hace vulnerables al abuso al convertirse en víctimas fáciles, también el aislamiento y la soledad son factores de riesgo para la depresión ya que la persona se muestra más pesimista y son causa de la hipertensión
Desde Fundación Mayores seguiremos apostando por programas que conciencien a todas las personas de esta situación y que minimicen esta soledad y aislamiento en el mayor, contribuyendo a tener una población mayor sana, activa e integrada en su entorno familiar y social.