El pasado martes por la tarde estuve visitando una residencia de mayores donde viven algunos de nuestros tutelados. Es una residencia grande y me permitió darme un baño de realidad, experiencia que ahora voy a intentar transmitir.
Me encontré con una persona que, al ser sordomuda se manejaba bien por la vista. Es una persona muy buena y activa. Le gusta la gente y pese a su limitación, es muy sociable. Ahora ha perdido la visión. Como ha sufrido graves caídas porque ya no puede manejarse por sí sola, le han cambiado de planta, de habitación y de compañías. Ahora ya no puede salir por la tarde a la cafetería a tomar su limón. Pasa el tiempo sentada en una silla sin hacer nada. Nuestra visita fue una sorpresa inesperada y una gran alegría para ella. Bajamos a tomar su limón y sus patatas y “charlamos” un rato. La comunicación fue a base de caricias y besos. Creo que fue una persona nueva. El problema es que después pasará otra vez muchas tardes sentada en su sillón, sin nada y sin NADIE.
En otra sala, visité a otra tutelada. Esta, al contrario no quería saber nada de nosotros… pasaba por mala racha, su enfermedad son los nervios. Igualmente necesitaría a lo mejor pasear y desde luego una atención más frecuente y personal… hacemos todo lo posible y estoy segura que mi compañera va a conseguir para ella, mejoras con el tiempo… lo haría seguramente más rápido si tuviera más manos.
Nuestra tutelada, estaba en su habitación. Se había echado la siesta lo que indicaba que no tenía mucho ánimo. Me consta igualmente que la alegramos la tarde, si bien, nuevamente, fue una visita muy puntual. Que bien si alguna tarde más recibiera alguna visita más.
En todas estas visitas no solo encontré a los tutelados. Ví muchos ancianos solos, deseando hablar, y sobre todo reclamando el cariño, la atención y la compañía que, como personas, buscan porque se lo merecen.
¡¡Ojala a la Fundación Mayores nos toque la lotería en forma de PERSONAS VOLUNTARIAS Y SOLIDARIAS QUE QUIERAN DAR COMPAÑÍA Y ATENCIÓN A NUESTROS MAYORES.
Hoy, día de la lotería, día de la salud que dice la gente, yo propongo que sea también el día de darnos cuenta de que nuestra solidaridad se necesita, nuestros mayores nos necesitan, nosotros también los necesitamos a ellos: hoy, además del día de la lotería y el día de la salud, que sea el día de voluntarios con los mayores… y así, a la loable campaña de ni un anciano solo en Navidad, podamos unir, ningún anciano solo, aunque no sea Navidad.
(Toledo 22 de diciembre de 2016).