Cuando hablamos de felicidad, solemos pensar, en sentirnos bien, plenos, en tener cubiertas nuestras necesidades, en estar satisfechos con nuestros hechos, en definitiva, en gozar de la vida.
En FUNDACIÓN MAYORES, una de las cosas que intentamos, es que nuestros tutelados sean un poquito más felices y es que una actitud positiva ante la vida proporciona mayor felicidad en la vejez, ya lo dicen algunos estudios.
En mi trayectoria como Trabajadora Social, he conocido a muchas personas mayores algunas muy dependientes, que necesitan de terceras personas para poder realizar las Actividades Básicas de la Vida Diaria y que a ojos de muchos nos puede parecer que eso no es calidad de vida.
Sin embargo, se les ve felices, han aceptado que tienen que ser cuidadas, han aceptado esa ayuda y no se sienten culpables de necesitar esos apoyos. También he visto personas que pueden valerse por sí mismas, pero sin embargo son infelices y se consideran como un estorbo, con sentimientos de soledad, que se infravaloran por el hecho de estar envejeciendo o ser mayor.
Todo esto, hace que me plantee muchas cosas, ¿Quién tiene una mejor vejez? ¿El que peor estado físico presenta? ¿El más dependiente? ¿o el que mejor actitud tiene ante la vida?
Las personas mayores, nuestros tutelados y toda la experiencia vivida con ellos me ha enseñado que un estado físico no determina tu felicidad y sí una actitud positiva para hacer frente a limitaciones y/o dificultades.
En definitiva una actitud positiva nos va a llevar a un envejecimiento feliz, es por ello fundamental intervenir en esta línea con nuestro tutelados, mantenerlos activos y motivados así como, participativos dentro de su comunidad.
BEATRIZ MOLINA CRIADO
TRABAJADORA SOCIAL
FUNDACIÓN MAYORES